Mi corazón y mi alma reflejados en un espejo.
jueves, junio 28, 2007
Una de frasecitas.



Me ha llegado de un amigo un e-mail con un archivo, de estos que se reenvían a todos tus contactos. No soy de ese tipo de personas que suelen enviarlos, pero me ha hecho gracia y me gustaría compartirlo con vosotros.
Es un archivo donde aparecían varias frases dichas por otras personas y que después de leerlas mi mente instantáneamente las ha asociado a ciertos personajillos que han pasado por mi vida.
Las que más me han hecho gracia son las siguientes.

1ª “Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.” (Sigmun Froid). Que razón tienes.
2ª “Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido, que abrirla y disipar la duda” (Mark Twain). Aquel que se de por aludido, que cierre la boca.
3º “Un amigo es uno que sabe todo le ti y a pesar de ello te quiere.” (Elbert Hubbard). Esto va por mi amiga Lunax, que por causas del destino nos vamos a separar un poquito más, solo será distancia física, por que en el corazón, cada día la tengo más dentro.
4º “Poco se aprende con la victoria, pero mucho con la derrota”. (Proverbio japonés). Esta me la aplico a mi, ea.
5º “Muchas personas son lo bastante educadas como para no hablar con la boca llena pero no les preocupa hacerlo con la cabeza vacía.” (Orson Welles). Ja, ja, ja, esta se la aplico a varias, y Lunax conoce a algunas.
6º “Disfruta el día hasta que un imbecil te lo arruine.” (Woody Allen). Bueno, esta se la endoso a Hacienda y sus funcionarios.

Y por último, y la mejor frase que he escuchado en tiempos, y fue de una compañera de trabajo de otro departamento que se lo estaba diciendo a un proveedor:
“Quién nace lechón, muere cochino”.
 
posted by RosaAmarilla at 7:32 a. m. | Permalink | 5 Tu reflejo
viernes, junio 22, 2007
Me han enganchao

He estado toda la semana haciendo de enfermera. Mi madre ha pasado por un proceso gripal bastante fuerte que ha acabado en bronquitis aguda con broncoespasmos. Desde el pasado ando cuidándola y revisando que se toma el tratamiento correctamente.

Ayer por la mañana me tocaba ir al endocrino a revisión, que por cierto ya llevo 6 kilos y 200 gramos, y al salir fui a hacer la compra de la semana, ya que por la noche empezaba a trabajar, y como sabéis todos aquellos que me conocéis, la menda trabaja por la noche, y por el día pocas ganas le dan de hacer nada.

Total, al llegar a casa al medio día, ella estaba un poco desanimada no respiraba nada bien, y tenía una tos bastante incipiente. No tenía fiebre, pero su estado no era muy estable. Decidí llevarla corriendo al ambulatorio a que la trataran.

Y aquí empieza mi peripecia donde puedo confirmar que no soy tan fuerte como parezco y en estados de nervios mas vulnerable de lo que me gustaría. Veréis.

Llegamos al ambulatorio, bajamos a consulta y tras esperar un ratito llega la doctora.
- Pasen, pasen.
Entra RosaAmarilla y su madre. Obsculta a esta detenidamente y determina que le ha de poner urgentemente tratamiento de oxigenoterapia y Ventolín inhalado.
- Suban a la primera planta que localizo a una enfermera que le ponga el tratamiento. Van a pasar un rato aquí en el ambulatorio.
Subimos y esperamos un poco. Al ratito aparece una enfermera, me sonaba su cara, pero no era la que le correspondía a nuestro médico de cabecera. Lleva a RosaAmarilla-madre a una sala y le engancha el inhalador de oxigeno con ventolin y le enchufa la bombona.

Nos indica que vamos a esperar un ratito y enseguida vuelve para ver como va el tratamiento.
Esperamos largo rato, parece que RosaAmarilla-madre empieza a respirar mejor. En la sala hacía un calor de mil demonios y RosaAmarilla, que odia los ambulatorios, y como todos sabéis, las agujas, cada vez se pone mas nerviosa ya que están en la sala de extracciones donde hacen las analíticas rodeada de agujas y probetas de cristal.

Pasa el tiempo, RosaAmarilla no sabe donde mirar cuando aparece por allí un personajillo bajito, muy bajito, con gafas morena, que se acerca a RosaAmarilla-madre y le dice:
- Pero bueno ¿qué te ha pasado?.

El personajillo en cuestión es la enfermera oficial de nuestro médico de cabecera. Como podréis confirmar, RosaAmarilla no es muy dada a pisar por ambulatorios ni centros médicos, ya que no conocía ni a su enfermera.
En eso que RosaAmarilla-madre le presenta a personajillo diabólico.
- Mira, esta es mi hija.
Personajillo diabólico me mira y dice.
- No te conozco, no vienes mucho por aquí, ¿qué edad tienes?.
Uish, esa pregunta mosquea un poco.
- Bueno, 32 en unos días 33 (aprovecho y recuerdo que mi cumple es el 16 de julio).
- ¿Y tienes la vacuna de la antitetánica de los 25 años puesta?.
RosaAmarilla empieza a mosquearse un poco.
- Estoo, pues, umm, creo que no, pero no sabría decirle.
Personajillo diabólico me mira de reojo, y con una perversa sonrisa en sus labios dice:
- Bien, como RosaAmarilla madre va a pasar un buen rato aquí procederemos a actualizar tu historial médico.
Encerrona, ¡¡¡¡me han hecho una encerrona!!!!!.
Una hora rellenando historial médico, que si la tensión, que si el azúcar, que si el peso...
- ¿Cuando te hemos hecho la última analítica?.
Ains, que me temo lo peor.
- Puessss, no lo se, pero... que te juro y te perjuro que hace un mes y pico me hice una para el endocrino.
- Está bien, pues tráeme una copia para justificar, o si no tendremos que hacerte otra.
- Vale vale lo prometo, si prometo traer una copia.
Después de hacerme todas las pruebas, y preguntas necesarias, y echarme la gran charla sobre los peligros del sida y enfermedades infectocontagiosas, recomendándome que si tengo relaciones esporádicas, y no preguntó si tenía novio, directamente supuso que tenía los cascos flojos, siempre con preservativo, y si conocía una persona con la que empezar a tener una relación estable, los primeros seis meses usara preservativo y luego pedir que nos hagan un análisis de serología, por que hasta los seis meses si te contagias no da positivo, y a ver si me voy a dar una sorpresa con mi nuevo novio.
Flipándolo, todo esto delante de mi madre y sin anestesia.
- Ya se que tienes 33 años y todo esto lo debes de saber, pero es mi obligación, sobre todo a las niñas de 14 años que vienen aquí pidiendo la anticonceptiva....
Vale, vale, pero.. si sabes que yo lo se ¿¿para que me echas la charla bonita??.
Luego lo entendí, fue una manera de dejarme agilipollada y flipada, por que después de la charla se puso de pie delante de mi, con la jeringuilla en la mano dispuesta a atravesarme el brazo. El pequeño personaje diabólico estando sentada y yo de pie, seguía siendo más bajita que yo. Alucina vecina.

Y lo consiguió, vamos que lo consiguió.

RosaAmarilla-madre salió algo mejor, tenía las vías respiratorias mas abiertas y un volante para acudir al día siguiente a volver a tratamiento.
RosaAmarilla salió con la vacuna de la antitetánica puesta, con un dolor en el brazo fino, con el acojone de que, según el personajillo diabólico como efecto secundario podría tener fiebre, inflamación y dureza muscular en la zona de vacuna, con una charla tremenda sobre enfermedades infectocontagiosas sexuales, y diciendo a voz en grito:
- RosaAmarilla-madre, mañana que vienes a terapia, yo, tu hija RosaAmarilla, en la puerta del ambulatorio te deja, pero ni soñándolo entra dentro a ver si la enganchan de nuevo y esta vez le ponen la vacuna de la rabia. Juro que ni "jarta vino" me pillan en un renuncio de nuevo.
Que no que no, que he sido débil y me han enganchado.
 
posted by RosaAmarilla at 7:30 a. m. | Permalink | 5 Tu reflejo
sábado, junio 09, 2007
Sentirme mujer
Llegamos el viernes por la mañana. Le recogí a la salida del trabajo a las ocho y directos al campo. Hacía buen día, y el atasco de salida de Madrid era de consideración, a pesar de las obras de la M30 sigue siendo mortal.

Llegamos a eso de las diez de la mañana. Un cafecito en el bar de la plaza del pueblo, saludar a una amiga y de camino a casa. Él debía descansar había estado toda la noche trabajando, y yo me iba a comprar para hacer algo de comer, y por supuesto, con la excusa, a ver al frutero. Madre mía, como está el frutero.

Ese día hice mi especialidad, pollo al cava, que rico me quedó, umm, cada día cocino mejor.

Él se levantó a las cuatro de la tarde, yo ya había comido y estaba medio adormilada en el sillón, le puse algo de comer y nos quedamos viendo la tele un ratillo. Hablamos, hablamos bastante, comentamos cosas, indagábamos sobre nosotros para conocernos. A última hora decidimos acercarnos a la ciudad para comprar algunas películas para pasar la noche.

No pude resistirme a la tentación, me compré las dos primeras temporadas de House. Estoy enganchadísima a la serie, y hacía tiempo que no me daba un caprichín. Ahora tengo que reconocer que no ando mal económicamente, hasta que Bendita Hacienda diga lo contrario, y me lo podía permitir. Compramos algo para cenar, y mirando tiendas vimos una de esencias, olores y velas que han puesto nueva y que me encandiló. Me regaló un apagavelas muy bonito, me hizo mucha ilusión.

Nos entretuvimos bastante haciendo las compras, estábamos a gusto, y cuando nos quisimos dar cuenta eran ya las diez de la noche, debíamos volver a casa. Hacía fresco, como siempre Ávila mucho más frío que el resto de provincias españolas.

Llegamos a casa sobre las diez y media y me puse a hacer la cena. Le pregunté que quería que le pusiera y se acercó a la cocina para ayudarme. Yo estaba poniendo las cosas en la encimera y él se puso detrás de mi. En un momento dado me di la vuelta para mirarle, y al encontrarnos cara a cara, acercó sus labios a los míos y me besó.
RosaAmarilla: ¿y esto?.
Margarito: ¿no te quejabas de que no te decía ningún piropo? ¿qué mejor piropo que un beso?.
Su mirada me cautivó, pasé mis brazos sobre sus hombros, pasó los suyos alrededor de mi cintura y comenzamos a besarnos apasionadamente. El ambiente subía de tono y en un momento dado Margarito se da cuenta de que estamos justamente delante de la ventana de la cocina, que da a la calle, donde, aunque es poco transitada, mis vecinos de vez en cuando le da por darse paseitos.

Le agarré de la mano y nos dirigimos al salón, donde estaban las luces apagadas y solamente estaba iluminado con cinco velas de olor y una lámpara de mesa en una esquina que da una luz ambiental muy tenue.

Seguimos besándonos con la misma pasión que en la cocina, pero con el agravante de que esta vez no teníamos el miedo de ser vistos. Sus manos comenzaron a acariciarme mis pechos, comenzaron a quitarme la camisa. Las mías acariciaban su espalda, surcaban sus músculos, notaban la dureza y la fuerza de sus brazos. Con un ligero empujoncito hizo que me tumbara en el sillón, y se recostó sobre mi. Mientras me besaba el cuello, los labios, los pechos sus manos desabrochaban mi pantalón y se adentraban bajo mis braguitas. Sus dedos juguetearon con mi pubis, se humedecieron con mi jugo.

En un momento dado, bajó mis pantalones, me los arrebató con fuerza. Tras dejarme desnuda completamente se arrodilló en el suelo entre mis piernas, y empezó a lamer, a jugar, a rozar y pellizcar mi clítoris con sus dientes. Jamás, y lo digo en serio, me habían hecho tanto disfrutar de esa manera. Nunca me lo habían hecho tan sumamente bien.

Había que compensarle, un trabajo tan bien hecho ha de ser bien pagado, y cuando yo llegué casi al climax le pedí que se levantara que esta vez le iba a hacer disfrutar yo de la mejor manera que podía hacerlo. Y disfrutó, os aseguro que me esforcé al máximo y solamente verle la cara de placer me hacía sentir que estaba siendo muy productiva.

Cuando ya estaba apunto de caramelo, saco su pene de mi boca y me tumbó en el sillón. Quería terminar dentro de mi, notar como juntos llegábamos al orgasmo, notar mi calor y mi humedad, y así fue. Entre gemidos, suspiros, y algún que otro grito de placer por mi parte, abrazados y sudorosos, acabamos nuestro primer encuentro apasionado. Nuestra respiración era agitada, y nuestros corazones latían con fuerza, pero sonreíamos, y cuando nuestros biorritmos se fueron relajando, culminamos besándonos dulcemente durante largo rato.

El fin de semana comenzó así, y afortunadamente siguió así hasta el domingo. Sí, estrené mi habitación como os dije, pero también mi salon, el cuarto de invitados, la cocina, el baño... Vamos que aguante tiene el chico. En un momento dado, en mi cama, estaba desnudo, boca abajo, y yo sentada sobre él haciéndole un masaje en la espalda, y me descubrí pensando: ¡Madre mía que cuerpazo, seguro que esto es un sueño y en un momento volveré a la realidad y descubriré que estoy sola en la cama con un sueño erótico!.
Pero no, no era un sueño, ese pedazo de hombre estaba allí a mi lado. Nos reíamos por que haciendo la media llegamos a la conclusión que el primer día hicimos una media de tres cada cuatro horas, no me extraña que acabáramos tan agotados esa noche.

Le conocía de dos veces que nos vimos, y de unas cuantas llamadas de teléfono. Prácticamente no sabía nada de él, ni él de mi. Nos aventuramos en una historia que no sabíamos como iba a acabar por que de buenas a primeras decidimos pasar un fin de semana juntos sabiendo la locura que ambos estábamos haciendo. ¿Y si al final nos caíamos fatal?.

Se que no es el hombre de mi vida, no congeniaríamos jamás, somos demasiado diferentes y con demasiado carácter los dos. No se ni siquiera si le volveré a ver, aunque puede ser que si lo tengamos que hacer ya que se dejó olvidado un pantalón en mi casa y habrá que devolvérselo. Lo que si se, es que gracias a esto mi autoestima comienza a subir de nuevo. Gracias a esto me he dado cuenta de que a pesar de estar como estoy, sigo atrayendo a los hombres. Gracias a esto me he dado cuenta de lo engañada que estuve con mi última pareja y la mentira que estaba viviendo, y el tiempo que he perdido con él, lo aburrido que era en la cama, y las maravillas que te puede llegar a hacer sentir un hombre que, aunque suene vulgar, folla como los ángeles. Ahh, y por cierto, también me he dado cuenta de la resistencia física que tengo, y las agujetas en las abdominales que te producen tanto ejercicio erótico.
 
posted by RosaAmarilla at 6:57 a. m. | Permalink | 19 Tu reflejo