Mi corazón y mi alma reflejados en un espejo.
domingo, octubre 14, 2007
Fugaz retorno

Se y reconozco que he tenido este pequeño diario bastante abandonado. ¿Razones? Todas y ninguna en especial. ¿Dejadez? Puedes ser, casi es lo mas probable.
En estos meses en los que he estado ausente, casi desaparecida, muchas cosas han cambiado en mi vida, demasiadas diría yo.
Al empezar el año estaba bastante jodida, baja, desmoralizada. Este año me propuse no hacer una lista de propósitos, por que todos los años la hacía, y en diciembre, cuando la releía y me daba cuenta que de esos propósitos uno o dos como mucho, y encima los menos importantes, no se habían cumplido, me sentía mal, incapaz de hacer las cosas en las que ponía tanta intención.
Este año que no lo he hecho, muchas cosas de aquellas que me proponía han salido sin yo quererlo.
Empecé el año comprándome una casa nueva. Si, lo decidí, mi antigua casa, aquella que tenía en Alcalá de Henares, tenía demasiados recuerdos para mi que no me estaban haciendo nada bien. Siempre que iba lo pasaba mal, y el pasado me pisaba, y acabé afincándome en casa de mi madre. ¿Para que quería yo esa casa que al final ni siquiera usaba? Me lié la manta a la cabeza y la vendí, y me compré un lindo y chiquitín chalecito en la sierra de Ávila. Un chalecito muy mono que estoy disfrutando como una enana. Disfrutando de la naturaleza, del campo, de mis amigos en barbacoas y pequeñas fiestas, de la soledad y el calor de mi chimenea, de el acurruco de los brazos y las palabras de mis amigos y familia, frente a una taza de te, sentados a la penumbra de las velas en el salón, o sentados en el balancín de la terraza mirando las estrellas arropaditos con una mantita.
Decidí cuidarme, estaba dejándome demasiado y no era tampoco bueno. El dinero de la hipoteca que había sacado para reformas... parte de ello lo usé para reformarme a mi misma. Depilación laser corporal, adiós muy buenas a la cera, pinzas, cuchillas y demás historias, un buen endocrino, y gimnasio. 13 kilitos que llevo ya perdidos y seguimos adelante.
En Julio nuestra familia creció. Eso ya se que no es parte de mis propósitos, pero quieras que no, una sobrinita también cambia un poquito tu vida. Verle esa carita tan guapa, esos gestos, y esas sonrisas cuando te ve o reconoce tu voz te hace cambiar de actitud ante la vida. Por mis temas de salud ya sabeis todos que no podía tener hijos, que era algo que yo deseaba, y como barrera para no hacerme daño me obligué a pensar que los niños no me gustaban. Ahora de nuevo veo un niño por la calle y me vuelvo a parar, vuelvo a mirarles a los ojos, a hacerles burla con la lengua para que sonrían, a arrodillarme para hacerles cosquillas.
Cuando estoy con ella, la cojo en brazos y me mira. Cuando le hago monerias y se ríe a carcajadas, cuando la miro y veo lo mucho que se parece a mi padre que desde el cielo estará disfrutándola con pasión, me dan ganas de tirar para adelante.
Llegó el mes de agosto, pasé todo el verano en mi chalet, y estando allí me decidí por hacer algo que llevaba años queriendo hacer, y por unas razones u otras acababa echándome atrás. Si chicos, he cambiado de coche. A mi 206 le quería un montón, de hecho lo he dejado en muy buenas manos, por que no quería que acabara en un desguace o en manos de cualquier desalmado que me lo destrozara, pero ya era hora de cambiar a un coche-capricho mas adecuado a mi actual estado de ánimo. ¿Y que coche direis que me he comprado, algo un poquito mas grande? Pues si, y tanto mas grande, al final acabé comprándome un pedazo de Toyota Rav 4 que tira millas y me acompaña en todos mis viajes. Como buena mujer ya le he puesto nombre, mi niño se llama Ken, y yo soy su Barbie Girl. Como una enana, oiga, como una enana estoy disfrutándolo.
En cuestión de corazón, que se que os lo estais preguntando, mas libre que una perdiz. Por fín me liberé del pasado, en mayo me di cuenta de lo gilipollas que estaba siendo aferrandome a una mentira, a un pasado con alguien del que solo saqué engaños y solo conseguí que me bacilara vilmente. De alguien que me usó a su antojo y me tenía en la reserva por si algo fallaba. Que utilizó mis sentimientos para sus momentos bajos, dejándome de lado cuando no los necesitaba, de alguien cuyo concepto de amistad difiere mucho del mío. El sentido que tiene para él la amistad es el mismo que siento yo ante una caja de ibuprofeno, que está metida en el armario hasta el día que me duele la cabeza, tomo un par de pastillitas, y cuando me ha solucionado el problema, lo vuelvo a dejar en el armario. Pero a ese ibuprofeno le llega un momento que empieza a caducar, y yo caduqué. Caduqué y me di cuenta de que esa persona es un simple ser que pasó por mi vida, que no me trajo nada bueno, y que desperdicié un tiempo muy estimado de mi vida intentando mantener vivo algo que no merece la pena. En ese momento corté de raiz, di carpetazo y cerré ese libro.
Ahora mismo estoy radiante. Me miro al espejo y me gusto, cosa que jamás había hecho. Yo no he podido quejarme nunca ya que lo que no tenía físicamente lo complementaba con mi personalidad, pero estos días atrás me he dado cuenta de que ultimamente salgo por la calle, voy a los garitos, cuando voy, y de vez en cuando algún ser de dos piernas me mira, cosa que antes jamás había notado. Es una sensación extraña para mi, pero a la vez agradable.
He vuelto a arreglarme, he vuelto a ponerme escotes sugerentes, he vuelto a ponerme prendas ajustadas. He vuelto a coquetear y a sacar mis armas de mujer, y funciona, eso es algo que, como montar en bici, se aprende y no se olvida. No sabeis la fuerza del poder de una mirada sugerente o una palabra en su momento.
Y laboralmente, eso es lo que me queda pendiente, pero si voy por buen camino, y las cosas van como creo que están yendo, en breve también tendré un importante cambio en este sentido.
Me siento diferente, me siento mejor, mi vida a cambiado y todo sin darme cuenta y sin proponermelo.
Un besote gordote a todos.
 
posted by RosaAmarilla at 8:54 a. m. | Permalink | 20 Tu reflejo