
Como ya es sabido, aquellos que me conoceis desde hace años, en México tengo grandes amigos, y encima es un país que me atrae bastante. Este año, de nuevo, tomo rumbo a este lugar tan colorido.
Me voy de boda. Se casa mi gran amiga mexicana, de la que ya en su momento hablé por aquí, y que si rebuscais y trasteais por el blog, encontrareis hasta su foto.
Sí señores, se me casa. Se me casa y quiere que vaya a su boda, quiere que forme parte de ese día que para ella va a ser uno de los mejores de su vida.
Despego el día 14 de Noviembre, en apenas dos semanas. La boda será el 22 del mismo mes. Tendremos una semana entera de nervios, de secretos, de juergas y de confesiones antes de que ya deje la vida de soltera. Me recriminará que yo no me haya casado todavía, y me volverá a decir que lo que a mi me hace falta no es un macho español, es un galanzone mexicano que me encandile y así me case y me vaya a vivir junto a ella. Le volveré a insistir que se que los galanzotes mexicanos están de padre, pero que como mi patria ninguno, y que el macho español no tiene nada que envidiar. Nos reiremos y beberemos micheladas, y lloraremos el día que nos tengamos que despedir hasta la siguiente.
Este viaje tiene mucho significado para mi por dos razones:
1º Por que voy a ver a mi amiga en su momento de máxima felicidad.
2º Por que vuelo justamente en las mismas fechas en las que tuve el accidente de avión que tanto me marcó hace años, cuando jústamente viajaba para ir a verla. Si supero este viaje, ya puedo dar por curado mi miedo a volar para siempre.
Deseadme mucha suerte
Mucha suerte, guapisima. Y pasalo genial en Mexico.
Vendras a verme a mi tambien?
Besotes