Llegué y la busqué. Miré en la nevera ya que, como estaba un poco ardiente últimamente, a lo mejor la puse ahí para enfriarla. Miré en el cajón de los cubiertos por si por su perfil cortante la había confundido con un cuchillo. Observé dentro del armario de los vasos, por si en una borrachera de pasión la confundí de sitio y la puse junto al resto de recipientes.
Rebusqué en mi cajón de la ropa interior pensando en que estaría bien guardada entre mi lencería perfumada, miré dentro del armario donde pude haberla puesto para que nadie la encontrara. Miré debajo de la cama donde guardo mis recuerdos perdidos, y debajo de la almohada donde deposito mis sueños deseados, miré entre las sábanas para ver si se había confundido entre mis más fervientes pasiones.
Busqué dentro del joyero donde deposito mis tesoros mas brillantes, y en la mesilla de noche para ver si estaba con el libro secreto de mi existencia.
Busqué y rebusqué entre las fotos de la estantería para ver si se había camuflado entre mi historia, y detrás de las bitácoras de mis viajes. Busqué entre los cajones donde guardo las cartas de mi pasado, y en el tarro de los bolígrafos que representan mi futuro.
Moví de sitio todos los peluches que hicieron de mi infancia un pilar, y los juguetes que ayudaron a desarrollar mi vivaz imaginación.
Ojeé uno a uno todos los folios de mi vida para ver si se había quedado entre líneas, pero no, no la hallé.
Desesperada me di por vencida, suspiré y clamé al cielo pidiendo que me descubriera donde demonios había puesto mi inspiración
Bueno, guapa... parece ser que al final tú sí la encontraste...
A ver si ahora la mía asoma la jeta.
Un besito