. ¿Por qué hará tanto frío en Ávila? Me fui el viernes como todos sabéis. Sin atasco, menos mal que me fui por la mañanita. Llegamos, comimos algo y a la piscinita del chalet. ¡¡¡¡Qué bien se viveeeeee!!! Al atardecer empezó a refrescar, por la noche una mantita en la cama que hacía frasquete.
No me habían dicho que mi sobrino debutaba en la banda del pueblo, Navalperal de Pinares, tocando el bombo, si lo hubiera sabido habría llevado la cámara de vídeo para inmortalizarlo, aunque a decir verdad, la banda juvenil es muy mala, vale si, se esfuerzan, pero siguen siendo muy malos. Ya los adultos son otra cosa, que por cierto, y no es amor de tía, pero el director de la banda, cuando los infantiles terminaron, dejó a mi sobrino para que tocara el bombo y el triangulo con ellos. Ains, que inteligente me ha salido mi niño.
De todos modos, estuve a punto de renegar de retoño durante un rato e irme a meter los pies en un barreño de agua caliente. En pleno julio, casi uno de agosto, ¡¡y estábamos a seis grados!! Por que se que me quiere mogollón y si no me ve allí se hubiera disgustado, si no en el bar le hubiera esperado. Teníais que ver a los lugareños sentados en las sillitas que se habían traído de sus casas arropaditos con mantas.
Al día siguiente, cuando empezó a refrescar bajamos al pueblo de al lado, Las Navas del Marques, que habían puesto un mercadillo medieval. Estaba bien, me compré un chismecillo para poner incienso la mar de chulo de metal imitando a una cocina antigua de leña, mi mami me regaló otro para hacer juego que era una estufita antigua.
Por la noche bajamos otra vez a la plaza del ayuntamiento, esta vez no era mi sobrino, actuaba un ballet internacional de Ucrania, Juventud Don Bass. Hombre, muy bonito el folclore ucrano-moldavo-ruso, pero vamos, que a mi me parecía igual de hortera que si va el grupo de juventudes españolas a Ucrania a hacer espectáculos de Sevillanas, Chotis y Sardanas. A la gente del pueblo y a mi madre les encantó, yo personalmente lo vi desde el bar de la plaza del pueblo tomándome un cafecito calentito con mi sobrino, que por cierto, el capullin y sus amigos me saquearon, piden más que los curas.
Por cierto, no veas que explotación, a los pobres bailarines los tuvieron una hora y pido pegando botes en el escenario, y cuando terminaron, a vender recuerdos en los tenderetes que habían puesto alrededor de la plaza.
Como notas curiosas del fin de semana, tengo unos tomates cherrys, unas judías verdes y unos melocotones en el jardín que quitan el hipo. Que pena que tenga que currar para vivir, si no me iba al campo y ponía un huerto. No veas que plato de judías verdes recién recolectadas me metí ayer en el cuerpo para cenar.
Y como nota triste, me he tirado todo el fin de semana alimentando a un perro que han abandonado. Era la cosa más cariñosa que podía haber, super asustadizo, se nota que le han pegado. Estaba tumbado debajo de mi coche la primera noche, como el motor estaba calentito se encontraba a gusto. Le di una barra de pan que tenía en casa. Al día siguiente compré un saco de comida y vino a buscarme. No veáis las carantoñas que me hizo, lo mimoso que era. No se ha separado de la puerta de mi garaje en todos estos días. Me he ido llorando. No me lo podía llevar por que es un perro grande para un piso en Madrid, y yo ya tengo dos perros y un loro. He llamado a varias asociaciones y refugios de animales y todos me han dicho lo mismo: “Lo siento, en esta época tenemos cupo completo”. Le he dejado un cuenco grandísimo lleno de comida y agua para que tenga por unos días, pero se que algún día acabará atropellado por un coche o en la vía del tren. ¿Por qué habrá gente con tan mal corazón que le hace eso a los animales? Si yo viviera allí, ese perro ya tenia una mami que le cuidara, os lo puedo asegurar.
Y ahora estoy aquí, esperando a mi amigo de Sevilla, que como buen andaluz, se toma las cosas con calma y ha salido a las once de la mañana de allí.
Hasta el jueves no volveré por casa, que además, jo, será cuando empiece a trabajar. Ya os iré contando.
Un besote.
Yo también estuve en un mercadillo medieval este finde, aunque nome compré nada.
Me das envidia por los tomatitos, hummm, qué ricos.
Un abrazo.