Todo el periplo empezó el viernes por la noche. Cenamos mi amigo y yo en un restaurante chino y nos fuimos a dormir a su casa, así salir a primerita hora de la mañana para Portugal. Tocaba madrugar.
Empezamos bien el viaje, según me levanto, me doy cuenta de que me había dejado el desodorante en casa, eso quería decir, parada en gasolinera de turno para comprarme uno, que yo tres días seguidos sin desodorante, y acabo en la UCI por un ataque de nervios.
Ocho y cuarto de la mañana, tirandooooo para Portugal, viva su SEAT Ibiza y mi cd portátil con adaptador. Marchuquiiiiiiii. Por cierto, bendito aire acondicionado de los coches de hoy en día, que haríamos sin ellos, que calor hacia el sábado por la mañana.
El camino hasta la frontera fue bastante bien llevadero, paramos ya casi llegando a Ciudad Rodrigo en una gasolinera con tienda y restaurante a comprar mi desodorante y tomar café y descansar un poco.
Llegamos a la frontera de Portugal, había una cola tremenda para entrar, y pensamos ¿pero no tenemos ya libre frontera? ¿Será que como ha habido atentados en Europa están controlando más, será que es zona de tráfico de camiones y controlan la importación y exportación, será….? Pues no, eran las chicas le la Cruz Roja portuguesa que estaban pidiendo con su botecito en la frontera y paraban a todo el que pasaba y estaban montando la de San Quintín.
Que diferencia de carreteras con las carreteras españolas, y nos quejamos de las nuestras. Están haciendo la nueva autovía, que cuando termine será genial, pero mientras tanto, menudo suplicio. Ahh, aviso, en Portugal ponen los letreros de las salidas después de las salidas, por lo cual nos pasamos un par, tres o cuatro veces. Si estamos cinco días mas, seguro que nos acostumbramos a ello.
Llegamos por fin a nuestro lugar de destino: Luso. Puede que os suene a alguno por sus Termas. Tienen aguas termales con una fuente en medio del pueblo para que la gente coja agua. El pueblo es precioso a los pies del Parque Nacional de Buçaco. Solo ves palacetes y palacios convertidos en hoteles, muy bien conservados y preciosos. El nuestro concretamente era el Hotel Alegría, que es un palacete Victoriano super bien conservado, limpio y con gente muy agradable. Solo tiene 18 habitaciones, decoradas al estilo de la época, y con las ventanas que dan a la ladera de la montaña. Impresionante. Nos salió a 45 euros la noche, habitación doble con desayuno incluido. Nada caro.
Todo el área es preciosa. Tienes un poco de todo, desde el parque Nacional de Bussaco, al Castillo de Germanelo en Penela, la villa Romana de Condeixa y la de Rabaçal, las termas de Curia, donde Fernando Trueba rodó “Belle Epoque”, las playas de Fogueira de Foz con su faro, las playas de Mira, Coimbra a unos kilómetros… Vamos, para no parar yo en tres días no he podido ver ni un cuarto de lo que se puede ver allí.
Ya tema aparte es la comida y la gente. Buffff, que bien se come allí. No he comido yo mas pescado en toda mi vida como en estos tres días. El sábado mi amigo y yo estuvimos en Fogueira da Foz, subimos por la ladera de la montaña hasta un acantilado donde vimos un atardecer precioso sobre el mar, luego subimos un poco más arriba y nos encontramos un faro y paramos a hacer unas fotos. Cuando ya acabamos, nos dispusimos a irnos y teníamos que cenar, pero era ya tarde. Alli cenan como muy tarde a las nueve de la noche, y de repente en medio de la carretera nos encontramos un cartel a mano en un desvío a una carreterucha que ponía: Restaurante abrigo da montanha. Oye, como que nos gustó el nombre y nos metimos por ella. Casi nos dimos la vuelta por que era un camino de cabras sin iluminar entre el bosque bastante cerrado, casi me daba miedo, pero decidimos continuar y al final lo encontramos.
Era un restaurante en la ladera de una montaña, con la terraza acristalada desde donde se veía toda la costa y el pueblo iluminado. Música lenta, suave, velas encendidas…. Fue mi regalo de cumpleaños, mi primer regalo (unas pelas que te peich) de cumpleaños desde hacía diez días. Fue muy bonito y agradable esa tarde, pero luego, mientras mi amigo hacía una fotos desde el aparcamiento a la costa, a mi en el coche, por que estaba tiritando de frío, me dio el bajón pensando lo bonito y romántico que hubiera sido esa misma tarde (playa, atardecer en el acantilado, el faro, la cena con velas…) con otra persona distinta. Si, vale, tuve esos bajones varias veces, pero todo no podía ser tan bonito.
En resumidas cuentas, un finde genial. Me dejo mogollón de cosas en el tintero, pero si pongo todo lo que he visto y hecho os aburriría con tantas letras. Eso sí, la ley de Morphy volvió otra vez a estar contra mi. Os resumo.
1º RosaAmarilla y amigo se van en medio de campo de arrozales a hacerle fotos a las cigüeñas que están allí alimentándose, allí donde Cristo perdió el mechero. Amigo de RosaAmarilla se va en mitad de los arrozales y ella se queda en el coche. Pasan 20 minutos y RosaAmarilla lleva 15 necesitando un baño público. A la media hora RosaAmarilla decide que no aguanta más, se baja los pantalones al lado del coche, pone el culo en pompa, se agacha y empieza a desahogarse, ains que gustooo…. Y en ese mismo momento que estaba en todo su auge… ¡¡aparece una furgoneta con cuatro portugueses por la retaguardia con mirada directa al culo de RosaAmarilla!! RosaAmarilla con cara de cigüeña asustada que no sabía que hacer, si saludar, esconderse, o ponerse a llorar. Optó por levantarse como si nada con los pantalones por los tobillos a resguardarse detrás del coche. Vamos que a los portugueses solo les faltó aplaudir.
2º RosaAmarilla llega a la playa y dice: “me voy a mojar los pinrelillos”. Se queda en bikini y se va a la orillita a mojarse los pies, como ritual que siempre tiene cuando llega a una playa. Que bonito es el mar, que agua mas fresquita, uis ssss que es el Atlántico y es traicionero, plasssshhh ola que te peich que empapa a RosaAmarilla de cintura para abajo. Ella vuelve donde su amigo y dice de quedarse un ratito hasta que se seque, pero eso tarda en secar, por lo que deciden coger el coche para ir a otro lado. Estando en el coche, decide no vestirse para que con el aire y el sol que entraba se secara, que mas da, vamos en carretera. Con lo que no contaba ella es que las nacionales en Portugal pasan por medio de los pueblos, y en un momento dado que se está colocando las sandalias, el coche se para, RosaAmarilla levanta la cabeza y se ve parada en la calle principal de un pueblo, con todos los lugareños en la calle hipermegavestidos, mirándola y algunos señalándola. RosaAmarilla levanta mira al frente y se da cuenta de que su amigo se ha colado, y se ha metido en medio de la procesión del pueblo y estaban en frente del Cristo con la banda de música a la derecha.
Y por último, 3º, salen de la procesión y vuelven a coger carretera. Descubren un desvío que lleva a un molino. Entran en el pueblo y RosaAmarilla sigue en bikini. Según entra, yuyo, un entierro en la iglesia, umm, esta vez coge la camiseta y se la pone sobrepuesta para no dar el cante. Llegan al molino, estaba en medio del campo en un huerto. El hombre que lo llevaba tenía 78 años y muchas ganas de hablar, y se debió de enamorar de las piernas de RosaAmarilla, por que les siguió por todo el paseo por el campo. Cuando terminaron, ella se puso los pantalones y dejó sin darse cuenta la camiseta en el maletero: "Total si vamos ya hacia el hotel y por carretera". Salen de las huertas, cogen carretera y anda mira, el cementerio.. ¿el cementerio? Oh oh. RosaAmarilla se ve de frente en una carretera de dos sentidos muy estrechita el entierro que vieron en el pueblo que venía hacia ellos, de tal manera que ella en bikini y su amigo tuvieron que parar en el arcen y ver pasar delante de ellos al monaguillo con la cruz, al cura y a la plañidera rezando, al coche del féretro, y a todo el sequito de familiares de luto llorando y rezando detrás del coche fúnebre. Y RosaAmarilla sin saber donde meterse, ya que la camiseta la tenía en la parte de atrás del coche.
Si de estas RosaAmarilla no sale en las revistas del corazón portuguesas, le va a faltar poco.
Besitos.
Vaya vaya tela contigo!! Pobreta... lo que no te pase a tí hijaa... me pasa a mí...
Un besotee!