Os presento a mis dos niños, Froilan y Sammy. Son mi vida, son mi ilusión, y son las dos cosillas que más alegría me han dado en estos años. Muchas veces pienso que si estoy aquí aguantando el tirón es por ellos. La gente se ríe conmigo por que dicen que los tengo demasiado mimados, y yo siempre les digo lo mismo. Mis niños llegan a casa, a la hora que sea, y salen siempre a recibirme meneando el rabo. Un novio, marido, pareja seguro que no lo hace. Mis niños estoy triste y con la cabeza agachada y lo notan, vienen a hacerme cucamoñas, a empujarme la mano con el hociquito para que les rasque detrás de las orejas, a darme besitos. Un novio te ve triste, y piensa que estás con e síndrome premenstrual ¿por qué será que siempre se lo achacan a lo mismo? En fin, para mi, que no puedo tener hijos, ellos hacen la función de los mismos. Los adoro.
Por cierto, hoy ha tocado peluquería, corte de pelo radical que los pobres estaban pasando mucho calor ¿han quedado guapos?
Y ya hablando de otra cosa hoy he pasado otra prueba de fuego. Como he llevado a los niños a la pelu en Alcalá de Henares, he decidido pasarme por mi casa. Para los que no me conocéis lo suficiente, mi casa está allí, aunque vivo por temas personales en Madrid con mi madre. Hacía cuatro meses que no la pisaba, la razón: la última vez que estuve fue pasando un fin de semana con mi ex. Me daba pánico ir, enfrentarme a tantos recuerdos. Enfrentarme a las dos tazas que dejamos en la cocina secándose después de haber desayunado, a sus zapatillas de estar en casa, a las sábanas que compartimos por última vez, su toalla puesta en el cuarto de baño…. Todo. Ha sido muy fuerte volver a abrir la puerta y enfrentarme a la soledad, y saber que ya no voy a volver a tenerle allí. Me seguía oliendo a él, seguía notándole por el salón, por el dormitorio.
He abierto todas las ventanas, he barrido toda la casa, he cambiado la ropa de la cama, he guardado las tazas y los vasos, he quitado su toalla de en medio… pero me seguía faltando él, su presencia. Tengo que superarlo, lo sé, es mi casa y tengo que volver a hacer mi vida en ella. No puedo estar de nuevo cuatro meses sin aparecer por allí solo por miedo a su recuerdo, pero sé de cierto, que el primer día que pase allí, y más que el primer día, la primera noche, va a ser un duro trago. Me imagino que ya os contaré. Por lo pronto hoy he salido llorando de mi casa, con sensación de vacío.
Bueno, esto se está alargando. Por la tarde, para intentar levantarme el ánimo, me he ido de comprar, y, ¡¡¡me he dado cuenta de que ME ESTOY HACIENDO VIEJA!!!. Ya os contaré, así tengo tema para otro post.
Jo... nunca se debe decir esta frase pero creo que sé como te sientes. A mi me dejaron el 11M (q ya hay q ser capullo) y le vi ayer por primera vez desde entonces... espero que salgas pronto adelante, seguro que si. poquito a poco los ratos buenos van superando a los malos, o al menos espero que asi sea... Besos