Como cada dos años tocó pasar la I.T.V al coche. Ains, que pereza llevar el coche a revisión. Que si cambio de aceite, que si liquido anticongelante, que si revisión de ruedas, ¿ruedas? : “
-Pero chiquilla, ¿has visto como llevas la ruedas de delante? ¡¡¡Cámbialas hoy mismo que te matas en la primera frenada que des!!-
-Sr. Mecánico, no creo que estén tan mal, si yo no lo uso mucho-.
-RosaAmarilla, quiere agacharse usted un momento, ¿ve esos alambritos que asoman en todo su esplendor?, pues eso es que su coche tiene ya 109 mil kilómetros, y las gomas están ya mas gastadas que las zapatillas de Forest Gump cuando le dio por correr. Sra. RosaAmarilla, que las ruedas se cambian cada 60mil kilómetros, y usted creo por lo que veo, solo ha cambiado las ruedas de atrás una vez, y estas ni tocarlas-.
RosaAmarilla agacha la cabeza, y cerrando la boca por que realmente el mecánico llevaba la razón, dijo aquello de:
- Vale, lo reconozco, soy un despiste y una dejada para el coche, dígame usted a cuanto va a ascender la puñalada.-
Pues nada, la broma entre cambio de ruedas, de aceite y revisión general del coche, casi 500 eurillos de nada. Eso duele al bolsillo.

Me dicen que recoja el coche a las siete de la tarde, vaya, yo contaba con tenerlo al mediodía, ya que pensaba llevármelo a la I.T.G. Ah, que no sabéis que es la I.T.G, pues os saco de dudas, la Inspección Técnica Ginecológica. Que pasa, a mi también me tienen que revisar bajos y motores que como en los coches, los años pasan y las averías llegan. Total, que dejo el coche en taller y me hago a la idea de que voy a tener que usar el transporte público, que tanto agobio me da, y dirigirme al Torrejón de Ardoz con el dulce traqueteo y chu cu chu del tren.

Llego a la estación de Nuevos Ministerios, compro mi billete de ida y vuelta. Bajo al andén, busco sitio para apoyarme en la pared y escucho decir por los altavoces:
-¡Estimados pasajeros informamos que la convocatoria de huelga de ferroviarios de la Comunidad de Madrid de 24 horas afectará a las líneas C1, C2,C7 y C8 durante los días 2,3 y 4 de Noviembre-.
No me lo puedo creer, para un día que llevo a mi niño al taller y que tengo encima médico fuera de Madrid, me toca la huelga de trenes y justo en la línea que yo voy a usar. ¿Podrá salirme algo bien en esta vida? ¿Alguien me puede decir quien ha sido el cabronazo que me ha echado mal de ojo?

Finalmente y después de esperar largo rato llego a la consulta, menos mal que me gusta ir con tiempo a los sitios. Llegué puntual. Me toman la tarjeta y me pasan a la sala de espera. Intento coger una revista, y todas sobre niños y recién nacidos. Jo, que las que no nos podemos quedar embarazadas también nos gusta leer cosas interesantes, y lo de cómo se cambia un pañal o como se ve si el bibe esta templado nos trae sin cuidado.

Después de llevar cinco minutillos esperando escucho la voz del doctor que sale a despedir a la paciente y pregunta quien es la siguiente. “¡Anda RosaAmarilla!”.
Aparece en la sala de espera y me da un par de besos: “¡Cuánto tiempo!, pasa, pasa al despacho, que voy a ver a este recién nacido y ahora voy para alla.”

Me dirijo al despacho, y me siento, al momentito aparece él.
-“Pero bueno, cuanto tiempo, te tengo que echar la bronca, con lo que tienes tú que tenías que venir cada seis meses, y hace mas de un año que no te presentas por aquí. Estaba apunto de llamarte estos días.”
-“Buff verá doctor, es que llevo un año muy malo, en serio, no he podido venir.”
-“Anda, ya será para menos, no me pongas excusas!, a ver que te ha pasado”.
- Pues verás, en noviembre me fui de vacaciones y mi avión se incendió en vuelo, tuvimos que aterrizar de emergencia en Lisboa, y en la evacuación me desvié una vértebra lumbar, por la cual sigo en tratamiento. Además, esto me dejó un shock postraumático que me hace sufrir ataques de ansiedad en lugares cerrados y ante situaciones de emergencia. Estando de baja, a los tres meses del accidente y cuando empiezo a recuperarme muere mi abuela, que vivía conmigo y a la que cuidaba, y entro en depresión. Fue un palo muy duro, que se supone que debía de superar por que es ley de vida. Para ello, tenía un novio encantador que me apoyaba en todo y me quería, hasta que un día se le cruzaron los cables, un mes mas tarde, y me abandona por no se que razones, a las cuales él encuentra sentido, pero el resto de la humanidad no. Toco fondo, todo se me hunde a mi alrededor. Decido coger el alta voluntaria para cambiar de aires y tener otras cosas en que pensar. Buena idea ¿verdad?, pues al principio era una genial idea, hasta que al llegar me encuentro que nos han puesto en el departamento a un supervisor niñato, prepotente, trepa, impertinente, y mogollón de entes mas, que nos empieza a joder la vida y la existencia. Entre la depresión, que no puedo olvidarme de mi ex, el stress laboral, y el dolor de espalda, me producen una serie de ataques de ansiedad que hacen que mi diabetes se descontrole y me afecte a la vista, descubriendo que tengo retinopatía diabética, y haciendo que sufra de un par de procesos de infecciones urinarias….
-“Vale, déjalo RosaAmarilla, que me estoy poniendo malo hasta yo, anda, pasa a la sala de diagnostico que te hago las pruebas”
Jajajaja, es la primera vez que hago callar y ponerse blanco a un médico, jijiji. Bueno, total, paso a la sala de diagnosis, me despatarro en el potro como una chica obediente (algún día hablaré de la sensación de espatarramiento en otro post), y empieza a mirarme.
-“Bueno RosaAmarilla, pues parece que la cosa va mejor de lo que me esperaba. Lo tienes bastante limpio, parece que la endometriosis ha remitido. Lo único es que tienes un tumorcillo de 3cm alojado detrás del útero, pero es de aspecto líquido y no tiene pinta de ser malo. Por ahora no te vuelvo a operar, por que ya te dije que no me gustaría hacerlo de nuevo, ya que sabes lo que significaría eso, eso sí, te mando unas pruebas para descartar y asegurarnos del todo.”
Salí de la consulta respirando hondo, yo me esperaba lo peor, llevaba varios días con molestias y me veía por tercera vez en el quirófano, el cual se que tarde o temprano voy a pasar, pero al menos no tan pronto.
Este es un mensaje para Ruski, de esta nos libramos, que tengo que reconocer, que siempre que he pasado por el hospital, has estado ahí al pie de guerra conmigo. Eso se aprecia mogollón, un besazo por que a ti y a tu señora os quiero mogollón.

Y nada, al llegar a la calle respiré, miré el cielo, miré a la gente y me dije:
“Ahora, en noviembre, va a hacer un año que mi mala racha empezó. Hoy, hoy tiene que ser en noviembre, cuando una buena noticia de paso a la buena racha.”

Un besito a todos.