
Revolviendo por mi cuarto he encontrado una cajita donde tenía guardadas un montón de cartas de hace muchos años.
Que recuerdos.
Cartas del año 1987 de ese amigo de Coruña, donde nos contábamos todas nuestras cosas y donde abundaban las palabras cariño, amor y cielo. Todavía no existía Internet, y nuestra manera de comunicación era vía postal. Todas las semanas teníamos una misiva en nuestros buzones, y la semana que se retrasaba un par de días nos poníamos histéricos pensando en que podía haber pasado. Cartas donde salían a florecer todos los sentimientos que llevábamos dentro, nuestras alegrías y nuestro día a día. Fueron muchos años los que estuvimos él y yo escribiéndonos, y de hecho seguimos siendo amigos, aunque ya no mantengamos esa correspondencia.
También encontré cartas de Paco, un chico madrileño que puso un anuncio en una página de contactos y me dio por escribir. Un chico tremendamente… ¿Cómo podría decirlo?.... ¿Excéntrico, extraño, original?... No se, un chico llamativo y con una personalidad muy peculiar. Solamente le vi una vez en mi vida nada más, pero nos escribimos cartas de seis o siete folios cada una. Nunca supe más de él.
Y por último una carta que guardo muy especial, una carta de desamor amado. Una carta que, tras cortar con nuestra relación, me dejó en el buzón de mi casa. Una carta llena de sentimiento, de arrepentimiento, de perdón. La carta del gran amor de mi vida, de la persona que más he querido en el mundo. La carta que con mis 20 años lloré amargamente, ya hace doce, y que conservo como parte de mi. La carta donde él, al que sigo llevando dentro de mi corazón, me confiesa que se ha enamorado de otro chico, que me quiere con locura y no quiere perderme, pero que se ha dado cuenta que su sexualidad no corresponde con la que los cánones han establecido, y que ahora, ahora es feliz con su nuevo amor.
A él le dedico este post. Él fue, es y será la persona que más he amado. Le sigo llevando dentro de mi corazón y el lo sabe. Y todavía, cada vez que nos vemos, cada vez que nos hablamos, nos abrazamos, nos miramos, y a pesar de saber que lo nuestro nunca más volverá a ser, nos decimos te quiero.
Suerte que fue sincero, que te lo dijo de una manera dulce, que a pesar del la ruptura, aun hay amor.
Un beso wapa.