Ayer fue el último día de trabajo de Lunax en nuestra oficina. La trasladan a otro departamento en otro edificio.Hace ocho años que nos conocemos, yo llevaba dos años luchando en mi puesto cuando entró ella en mi departamento. Al principio éramos dos desconocidas que no teníamos nada que ver la una con la otra.
Ella siempre arregladita, modosita, con su melena rubia bien peinada. Siempre bien vestida, con sus pantaloncitos bien planchados y sus chaquetas conjuntadas. Yo estaba pasando una época un tanto extraña en mi vida, e iba desaliñada, no me importaba el aspecto que tenía, no me arreglaba. Estaba en plan pasota y cabra loca. Vamos, como se suele decir, que no pegábamos ni con cola.
Fue pasando el tiempo, y poco a poco fuimos tomando confianza la una con la otra. Fuimos coincidiendo en turnos, y algún fin de semana pasamos juntas las dos mano a mano levantando el departamento. Al poco tiempo de entrar ella me pasaron al turno de noche, donde actualmente estoy ahora. Ella se quedó con mi turno de tarde, del que salía a última hora de la noche. Finalmente, pidió también el turno de noche.
Hemos pasado por muchas cosas juntas. En el trabajo mucho estrés, agobio, broncas, nervios, presión. Pero siempre lo hemos conseguido superar con mucho humor, complicidad y risas.En el terreno personal, la he tenido en todos los momentos de mi vida. Cuando mas y cuando menos la necesitaba. Ha estado ahí en la muerte de mi padre, en mis operaciones quirúrgicas. Ha estado en mis desengaños, en mis abandonos. Ha estado ahí dándome collejas de moral cuando la tenía por los suelos, cuando mi autoestima estaba a la altura de la suela de mis zapatos, cuando lo único que me apetecía era llorar y encerrarme en mi misma y no ver la luz del día. También ha estado a mi lado en los momentos de risa, en mis aventuras locas, en mis logros personales, en mis cumpleaños, en la compra de mi piso, en la venta del mismo, en el cambio al chalet, en el nacimiento de mi sobrina... en todo momento ha estado allí.
Lunax es una persona con mucho carácter, pero es muy amiga de sus amigos. Ella nunca te fallaría, podrá gustarte más o menos su carácter, podrá tener sus cosillas como todos las tenemos, pero al final acaba envolviéndote, acaba haciéndote pensar que eres la primera, que eres la que mas vales, y lo da todo por ti.
Desgraciadamente tuve una hermana de la que no pude disfrutar pues nos dejó, y Lunax se convirtió para mi en esa hermana, en la que confío, en la que apuesto, y a la que aprecio con todo mi corazón. Me atrevería a decir, y no quiero que suene frívolo, que la quiero, sí, la quiero como mi hermana, como mi confidente y amiga.
Se que allí donde va a ir a trabajar ahora va a triunfar, por que allá donde ella va lleva la alegría, el buen humor y las ganas de trabajar. Se que le va a ir bien, por que además ella deseaba un cambio ya. Estoy muy orgullosa de ella, mucho.
Esto quiero que se convierta en un homenaje para esta persona que tanto se lo merece, que aunque el destino nos separe y se la lleven a otra oficina siempre estará junto a mi.
Lunax, te quiero mucho, no lo olvides nunca, y que sepas que te voy a echar mucho mucho de menos.

Después de nueve meses esperando verle la carita. Después de imaginarme como serán sus ojitos, sus manitas, sus deditos. Después de tanto tiempo ya llega la hora. Mañana a las siete de la mañana acompaño a mi cuñada al hospital pues la ingresan por que mi pequeñita sobrina va a nacer.

Tengo unas ganas de verla, de besarla, de mimarla, de olerla, de tenerla en mis brazos.

Mi pequeña, mi cosita bonita, mi sobrinilla preciosa ya va a ver la luz del sol y nos va a iluminar con mirada, con sus risas con sus gorgoteos.

Chicos, ¡¡¡que voy a ser tiaaaaaa!!!

Chin chin por mi cosita, brindemos por que todo salga bien.

Esta noche dormiré con una pedazo de sonrisa en los labios, que nada ni nadie me la conseguirán borrar.

Besotes gordotes a todos.