Vaya día de perros que he tenido hoy. Como ya es sabido por todos, yo trabajo de noche, y hay días en que todos mis enemigos, por que aunque no me conozcan, en este caso tengo que llamarles enemigos, se alían contra mi.
He llegado a las nueve de la mañana de trabajar, ummmm, camitaaaaaaaaa. Me he preparado un desayuno ligerito, me he lavado los dientes, le he hecho unos mimines a los perrillos y a la dulce camita. Me ha costado dormirme por que había tomado un cafecito con mis coleguillas después de salir de trabajar, y me había despejado un poco. Muy tranquila y relajadamente me he ido quedando dormidita.....

A los 20 minutos de estar ya en brazos de Morfeo, y de repente, bzzzzzzzzzzzzzzz un mensaje al móvil, ains, no lo había apagado, si yo no espero mensajes de nadie. Pues si, lo esperaba, de una compi de trabajo que me dice que el martes ha pillado cita para hacernos la depilación las dos. Grrrrr, vale, si, ala a dormir otra vez.

De nuevo empiezo a conseguir quedarme medio dormidita cuando..... tirori tiroriiiiiiiiiiii, el movil que suena, esto son las once de la mañana, y me llaman del dentista para confirmar que voy a acudir a cita dentro de dos días, que no me he olvidado. Vamos a ver, es la primera clínica de dentista que conozco que se dediquen a avisar a los pacientes, claro que por lo que cobran, que se jodan y se gasten el dinero. Decido apagar el móvil. Y vuelvo a aplastar la oreja, ummmm, que gusto.

Veinte minutos después: Ringggggggggg Ringgggggggggg, arggggg el fijo.
-Si ¿dígame?
- Hola buenos días, llamo de la empresa ********, ¿a usted le gusta el vino?
- ¿Como? ¿Qué si me gusta el que?
- Si el vino, estamos haciendo una promoción de vino de.....
- A vé, ¿me ha visto usted voz de borracha? De dormida tal vez, pero ¿de borracha? Mire, le cuelgo por no decirle una burrada. Tu tu tu tu tu tu.
Decido descolgar el fijo. Ya imposible que me moleste nadie mas.

Camitaaaaaaaaaaaaa. Pero... 45 minutos después.... meeccccc meecccccc, telefonillo. ¡¡¡No me lo puedo creer!!! Mira, paso de levantarme. Meecccc meeccccccc. ¿Quién narices será a esta hora?

- Si, ¿quién?
- El cartero, certificado para Sra Monje.
- ¿Como???? Aquí no es.
Me dirijo hacia mi cama y... meecccccc
- ¡¡¡¡¡Queeeeeeee!!!!!!
- Certificado para RosaAmarilla.

Ains. Encima un certificado de la compañía de luz que no he pagado. Bueno, ya si que si, es la una, y ahora a pierna suelta.
Llego a mi cuarto, apago la luz, pongo el culo encima de la cama, me reclino, meto el pie izquierdo debajo de la sábana, y .....
biiippppppppppppppppp, el timbre de la puerta. Esto no me puede estar pasando a mi, no puede ser verdad, ¿que he hecho yo para merecer esto?
- Si ¿quién?
- Compañía del gas, para mirar el contador.
Y yo en pijama, con ojera por debajo de las orejas, y cara de mala leche
- Ande pase pase, ya que mas me da, si quiere le invito a comer, por que creo que ya no me puedo acostar.

Como ya no tenía esperanzas de que pudiera volver a conciliar el sueño, me puse a mirar el correo, a ver internet, y hasta ahora, que son las tres de la mañana, y aquí estoy, dándome cabezazos contra la pantalla y pensando de que manera puedo hacer para poner un sistema en el cual, si en mis horas de sueño me llaman al teléfono, timbre o telefonillo, aquel o aquella que ose hacerlo, reciba una descarga eléctrica que se le quiten las ganas de volver a hacerlo.