Mi corazón y mi alma reflejados en un espejo.
miércoles, mayo 25, 2005
Que mal está vivienda
Tengo un amigo que se va a venir a Madrid a trabajar y necesita un piso para alquilar. Me ha pedido ayuda. Esta mañana tenia un par de citas con varios dueños de pisos para ver y os tengo que contar lo que he sentido en uno de ellos.
Tenia prevista una visita sobre las doce del medio día para ver un piso "ideal para parejas y para entrar a vivir, céntrico y amueblado". Muy buena pinta pero no ponía precio.

Llegamos al bar donde habíamos quedado con el dueño para que nos lo enseñara. Que majo el abuelete, tiene pinta de ser un tío cachondón. Pagamos los cafés, le invitamos a un vinito, que nos había caído bien, y nos dirigimos al piso. Que bonito vivir en Madrid.

Según llegamos, el piso está en un callejuelo estrecho de la zona de Cartagena, para aparcar, imposible. El piso era un cuarto, sin ascensor por supuesto. Subimos y tuvimos que esperar dos o tres veces al pobre yayo por que se nos ahogaba. Tengo que reconocer que mi amigo y yo también llegamos un poco sofocados al piso.

El piso ¿para entrar a vivir?, bueno, depende de la calidad de vida que quieras llevar. Explico.
Piso interior, 45 metros cuadrados, yo personalmente me daría de cabezazos por las paredes según me levantaba de la cama. Techos altos, eso si, pero para que, no puedo poner una mesa del ordenador en el techo. Entramos al baño, mono, recojidito, y genial si mientras haces pis quieres lavarte los dientes ya que te das con las rodillas en el lavabo, y del plato de ducha ideal para una niña de 10 años o una persona con talla 32. O la ducha tiene poco espacio o yo soy muy gorda, una de dos. Salimos al dormitorio, y muy bonito, pero para abrir la puerta del armario tienes que ponerte de lado ya que da con la cama y si estás delante no puedes, cómodo a más no poder. Imaginados el resto de la casa, que no era mucho ya. Todo esto aderezado con que se supone que estaba amueblado, y sí, ciertamente estaba amueblado con muebles de la guerra por lo menos, viejos y cochambrosos. A mi me daba miedo apoyarme, a ver si los iba a romper y encima me tocaba pagar uno nuevo.

Yo según íbamos viéndolo me iba poniendo blanca, y llega el momento de preguntar: bueno, ¿y cuanto pide por ello?.
Lo siento, me entró el ataque de risa, pero risa histérica. Tenéis que ver la cara de pocker que se le puso al hombrecillo y la cara de vergüenza de mi amigo, cuando el hombrecillo dijo 1200 euros con dos meses de antelación de fianza, y una fuerte carcajada salió de mi boca, que creo que hasta los del edificio de enfrente se enteraron. Salí de la casa, intentando controlarme pero no podía, mi amigo dándome collejas para que me callara, y estuve así por lo menos durante mas de media hora. ¡¡ Y encima nos había dado pena y le habíamos invitado al vinillo!!! Tendrá jeta el yayo.
 
posted by RosaAmarilla at 3:57 a. m. | Permalink |


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