Estoy en la oficina, son las cuatro y media de la madrugada. La noche está tranquila, noche del jueves al viernes. He mirado por la ventana distraídamente fijándome en las vistas desde un quinto e intentar disfrutar de la vida nocturna desde la luz artificial de mi planta.
Algún que otro coche circulando por las calles distraídamente, una ambulancia que llega a dejar un paciente en el centro médico. Un señor paseando a un perro en el cruce de calles, tres prostitutas hablando tranquilamente en el portal de enfrente y su chulo fumando en la esquina siguiente, controlando, vigilando su mercancía. Un coche que se acerca a la prostituta de la otra esquina, que tras hablar un rato con ella no le ha debido convencer el precio y se ha ido. Unas cuantas luces en las casas del edificio situado delante nuestro, gente trasnochadora, me imagino que estudiantes de exámenes, personas enganchadas a internet o gente con insomnio. Murciélagos volando de farola en farola, y bastante silencio roto de vez en cuando por mi teléfono que suena detrás o el sonido de algún coche que pasa rápidamente cruzando la soledad del asfalto....
A mí no me dan pena las putas, porque ganan mucho más que yo :-P