
Hace no mas de una semana me dieron la buena noticia. Por fin iba a ser tía de nuevo, por fin, la pequeña princesita de la familia iba a tener un primito o una primita. Mi cuñada se había quedo embarazada.
Todo iba de mil maravillas, respondió perfectamente al tratamiento y el test de embarazo dio positivo por dos veces. De nuevo se les veía sonreir y tener esperanzas. Algo que parecía imposible al final se iba a cumplir.
El sábado pasado estuvimos comiendo todos juntos, mis dos hermanos, mis cuñadas, mi sobrinilla de la que os hablé hace un par de días, y mi madre. Estuvimos celebrando la buena nueva. Comimos juntos, disfrutamos con la enana, bromeamos con los nombres que le iban a poner al bebe, o a los bebes, que ya sabemos lo que puede pasar cuando es por inseminación artificial. Me quejaba de ser la única tía soltera, que me iban a arruinar a este paso, que además de soltera soy muy niñera, y si son de mi sangre más todavía. Nos despedimos alegres, pensando en que el día cinco, que era su primera ecografía, nos enviarían, como todo padre primerizo hace, la ecografía por e-mail a toda la familia, amigos y demás allegados.
Esta tarde me han llamado al movil, muy raro me ha parecido que no me hayan llamado a casa. Ella estaba muy seria, algo había pasado. Me pregunta si está mi madre conmigo, y me piden que, como si lo estaba, me fuera al teléfono de uno de los cuartos y llamara a casa de su suegra.
Ha sufrido un aborto. El sábado por la noche empezó a sangrar mucho. No era normal. Fueron a urgencias, y le tuvieron que dar la peor noticia que ella quería escuchar. Había sufrido un aborto.
Todos los médicos le han dicho que iban muy bien, y que es una posibilidad que tenemos todas las mujeres que nos quedamos embarazada, aunque sea por medios naturales. Que por mala suerte, le ha tocado a ella. Le han dado esperanzas, después de tres ciclos pueden empezar de nuevo con el tratamiento y volver a intentarlo. Para lo que es ella la he notado muy entera, pero el mazazo para toda la familia ha sido de órdago.
Todos nos habíamos hecho ya las ilusiones de tener a uno o dos enanos más correteando por la casa. Pero bueno, esperemos que la próxima sea la buena. Nunca se debe perder la esperanza.