Y continuando un poco con mi fin de semana, después de descansar, aunque reconozco de poco, ya que a pesar de estar 32 horas seguidas sin dormir, solo conseguí dormir seis horitas. Chicos y chicas, amiguitos variados, os acabo de presentar mis queridos trastornos del sueño producidos por este estupendo horario laboral que tengo.

Total que, ¿y que hago yo tan pronto levantada? Pues nada, para no agobiarme mucho, me levanto, me hago mi batidito de fresas naturales, y me pongo a leer un rato para hacer tiempo, que el viernes, como dije en mis propósitos de este año, he decidido cuidarme un poco más, y me he comprado un bono de: Hidratación dermoabrasiva en cinco sesiones. Suena fuerte, pero oye, que tengo la piel como mas tersa e hidratada, y lo que más mola de eso es el masajito final que te dan, ains, quien fuera millonaria, amos que pagaba por que me dieran masajes a diario.

Por la noche tenía cena de inauguración del pisito de una buena amiga. Un pisín chiquitín, pero muy mono para ser pisito de soltera. La fiesta era sobre las nueve de la noche, yo para no parecer ansiosa decidí llegar tarde y así no ser la primera.
Una duchita, una raya en el ojo por aquí, un pintalabios por allá, voy a ver que me pongo…, bueno, ya son las nueve y cuarto, pues ahora toca ir a por unos sandwichitos, (por cierto chupi,no estaba tu amiga), para no ir con las manos vacías, y así hago más tiempo, ya que voy de paso me paro en esta tienda y compro una bolsita de hielos… bueno, son las diez y cuarto, creo que ya es hora.
Prrriingggggg…. (sonido de telefonillo?
- “¡Hombre RosaAmarilla, que bien que has venido, eres la primera!!!!
Bien, tocó cara de circunstancias. Si es que a pesar de intentar ser impuntual, al final siempre acabo siendo la primera en llegar, joé.
Bueno, pues que pasa, que claro, al ser la primera y la pobre chica estar ya aburrida, empezamos con las copas: “Chin chin, glu glu glu glu”
Llegan las primeras personas: “Bienvenidas”, chin chin, glu glu glu. Llega la segunda persona: “hombre, cuanto tiempo sin verte….”. Chin chin, glu glu glu.
Llega por fin Lunax con su churri: “Ala tía jo, que alegria de verte” –“RosaAmarilla, estuvimos ayer desde las nueve de la mañana a las diez de la noche juntas”, -“¡Qué mas da, a mi me da mucha alegría”- Chin chin, glu glu glu (Bueno, lunax un chin chin sin alcohol que conducía).
Total, que después de tanto chin chin, una acabó un poco piripi que digamos, bueno, vale, borracha perdida, ¿Qué pasa?. Se que hay fotos, algo recuerdo, concretamente una de mi escote cubierta con condones que le robé de un cajón a mi amiga, por que al parecer iba yo pidiendo guerra, jajajaja. Amos, como para irme a un garito así esa noche, pero esas fotos no han llegado a mis manos, y tranquilos, si llegan, no las publicaré. :p
Ya a última hora marchamos a casita, y gracias a Lunax que me llevó a casa, por que si me hubiera tenido que ir sola no se como hubiera llegado. Solo recuerdo conseguir abrir la puerta de casa, e ir directamente al baño a echar hasta la papilla, y mi madre que padece de insomnio levantarse y comenzar una tierna conversación:
- “RosaAmarilla, ¿qué te pasa?
- “Nada, mamá, que me ha sentado mal la cena”.
- ¿Te hago algo?
Y yo lo que menos tenía ganas era de conversación.
- “No mamá, gracias acuéstate, ya se me pasa”.
Cuando consigo llegar a mi cama, y tumbarme, y en el mismo instante que me doy cuenta que la lámpara está en el suelo y la alfombra en el techo, es decir que la habitación me daba vueltas, aparece mi madre otra vez.
- “RosaAmarilla, ¿de verdad que no quieres un té para que te asiente el estomago?”
Mira, fue escuchar la palabra te, que me sonó a bebida y casi me dan los siete males. Ains, que mal lo pasé, juro no volver a beber más…., aunque claro, eso también lo dije en el cóctel de navidad de la empresa… ejem ejem.

Y el sábado más de lo mismo, también tuve fiesta. Nos invitó nuestra amiga Sra. Risis (Sra de Elvis para Lunax) a su casa a una fiesta Mexicana. Peaso de fiesta que se nos marcó, cuantos ricos manjares, y que bueno estaba el guacamole. Yo llevé buen tequila que me traje de México y preparado para michelada que me mandó mi amiga de Distrito Federal, ummm, que recuerdos al beberla, joooo, yo me quiero ir otra vez allí. Como prometí en mis propósitos anuales, este año pierdo el miedo a volar, y como pueda aterrizo allí a final de año. Total que con rancheras, guacamole y tequila pasamos la noche, hasta que llegó el gran momento.

Prometí que no lo diría, pero lo siento Sra Risis, hay que contarlo. En un momento dado salió la conversación de unos cursos de baile que Sra Risis y hermano hicieron el año pasado, donde al final de curso tuvieron una representación en un teatro ante 500 personas. Hablando y hablando, descubrimos un gran secreto, ummm, había pruebas físicas de ello, existía un cd del evento. No fue difícil convencer al hermano de Sra Risis, él estaba deseando enseñárnoslo. Fue curioso aunque me hubiera gustado vivirlo en persona, por que me divertí mogollón. Tengo que reconocer que el baile no fue muy afortunado, era una especie de danza con seis bailarines totalmente descoordinados, vestidos con pantalones de raso blanco y camisetas de tirantas. Eso si, empeño le pusieron, hay que reconocerlo, y valor, por que yo no hubiera sido capaz de subirme al escenario. Nos reímos muchísimo, si hay algo que tiene la Sra Risis es un sentido del humor que me da una envidia horrorosa, y nos descojonamos como los que más. Por cierto, hay que reconocer que no fueron los peores, hay cada uno por ahiiiiii……

Ya después de esto, y sobre las cuatro de la mañana empezamos a emigrar, y en este punto llegó la nota chunga del fin de semana. Lunax y churri me acercaron con su coche al mío. Mi querido cochecito estaba en una calle perpendicular, y para que no se desviaran les pedí que me dejaran en la esquina. Me despido de ellos y cojo una cosa del maletero que me había comprado Lunax. Según me iba acercando a mi coche, veo a dos tios, con no muy buena pinta, pegando voces y uno de ellos meando. No se por que no me gustó el asunto, abrí el coche y deprisa y corriendo tiré en la parte de atrás lo que llevaba y sin quitarme el abrigo me fui a meter sin dilación. En eso que el que estaba meando se dio la vuelta, y al verme salió disparado hacia a mi. Yo acojonada me metí dentro del coche y cerré corriendo los pestillos. Con los nervios de punta empecé a meter la llave en el contacto para arrancar, y eso que el tío llega a mi coche y empieza a intentar abrirlo, pegándole hostias al cristal de mi ventanilla al ver que había echado los pestillos. Yo acojonada arranqué deprisa, y menos mal que tenía una salida de garaje detrás que pude desaparcar corriendo sin hacer maniobras. Metí marcha atrás, pegué un acelerón al coche y giré sin mirar lo que tenía detrás, creo que debí de dar al tío al girar por que estaba justamente en ese lado, pero si os digo la verdad ni me fijé, eche para atrás, metí primera, acelerón y giré a la izquierda. Lo último que recuerdo del asunto es que miré atrás y ví como los dos venían corriendo detrás de mi coche, y yo salí zumbando saltándome hasta el semáforo cerrado del cruce de la calle, si hubiera venido algún coche, no se lo que hubiera pasado. Llegué a casa con un estado de nervios tremendo, me tuve que hacer una tila y tomarme un tranquilizante, y menos mal que mi madre esa noche había conseguido dormirse y no se enteró de nada. Pero os aseguro, que esa noche a la que le costó dormir fue a mi.

Y esto es todo amigos. El domingo, después del susto, decidí estar tranquilita. Fui por la mañana al rastro de Plaza Castilla, me compré algunas gangillas, y por la tarde me puse a hacer cosillas. Iba a haber quedado con un amigo a tomar algo, pero como le conozco y se que cada vez que quedo con él me dan las mil, preferí dejarlo para esta semana, que después de tanto tute no estaba mi cuerpo para muchas jotas.

Ahh, otra cosa, los que vayáis a ver la exposición de Faraón en Plaza Castilla, no vayáis en Domingo, vaya colaaaaaaaaaaaaaaaaaa, impresionante.